Treinta y dos años pasaron. Treinta y dos años de espera para ver nuevamente a Patronato en el fútbol nacional. Treinta y dos inviernos de gritos angustiados, de llantos ahogados, de sonrisas cómplices con el compañero en la ‘popu’.
Parecía un sueño, pero como en todo sueño cuando el hincha quiso abrir los ojos la ciudad estaba rojinegra, ¡no era sueño, era realidad! Las realidades de tantas frustraciones vividas se borraron en tan solo un pequeño instante mágico. La alegría que vivió la Patria Rojinegra y Paraná toda hasta altas horas de esta madrugada a puro festejo, no se va a olvidar jamás. Ahora podrán venir nuevos triunfos y nuevas derrotas para el Negro de calle Grella, pero nada ni nadie va a sacar tanta emoción y locura de hincha desbordando, saliendo en cada gota de transpiración, en cada lágrima derramada.
Bien por ese hincha que muchas veces se volvió llorando, saboreando una derrota que no tenía explicaciones y el domingo en un nuevo partido la esperanza renovada. Bien por ese tipo que juntó monedas durante la semana para comprar una popular y volver a alentar. Ese aliento permanente que el miércoles pasado parecía que derrumbaba las tribunas cuando se pateaban los penales, que anoche se escuchaba en cada punto cardinal de esta Paraná y que hoy está en boca de la patria futbolera.
¿Habrá ángeles con los colores rojo y negro? Por ahí hasta Dios se puso la camiseta para unirse en un festejo celestial, al fin y cabo un ministro suyo, el padre Grella, fue quien fundó al Club Atlético Patronato de la Juventud Católica.
Hoy es fácil hablar con el resultado puesto, pero al acercarse al estadio la sensación no era de partido definitorio, como hace una semana, sino d festejo, festejo interminable. Pero el hincha lo decía claro ‘hoy venimos a festejar, hoy venimos a dar la vuelta’. Y fue así nomás.
PATRONATO CAMPEÓN ♥



No hay comentarios:
Publicar un comentario